


DESHACER PAÍS
Durante los últimos cuatro años he realizado diferentes encuentros con personas colombianas viviendo en Madrid para conversar y destejer la bandera de Colombia. El tacto con los hilos y el mismo ejercicio de deshilachar hacen de la conversación un acto corpóreo que no se reduce a la palabra, al tiempo que conectan la materia de la bandera con el contenido simbólico que se conversa.
En paralelo, he iniciado un archivo asociado a este símbolo y su materialidad diversa, como la historia de sus colores, los relatos que cuentan cuándo fue la primera vez que fue ondeada, así como textos que hablan de su relación con la independencia y reflejan los sustratos colonialistas y violentos del país.
Esas bases se mantienen en muchas cosas, como en los imaginarios políticos y sociales, en las maneras de narrar el territorio (sus noticias, cotidianidades e historias), o en las políticas y ausencias de estado, entre otras. Por eso, también he incorporado al archivo algunos documentos que dan cuenta de esas bases y violencias subrayando la tensión entre símbolo, cuerpo y materia. Por ejemplo, noticias que reflejan la ineficiencia del gobierno ante la avalancha en Mocoa, al sur de Colombia, o relatos de las masacres de las bananeras por parte del ejercito colombiano a principios del siglo XX, también algunos anuncios que circulaban entre los años 50 y 80 en los que las elites y el gobierno se referían despectivamente al uso de bebidas ancestrales como la chicha, y definían ciertas prácticas culturales como “monstruosas” e incultas.
Comencé a agrupar e intervenir esos archivos, intentando darles otra vida desde lo poético y lo gráfico. Extraigo y combino palabras de estos documentos para darles un nuevo sentido a las semánticas violentas desde las que han sido escritas, al tiempo que se generan otras referencias visuales desde la polisemia y ambivalencia.
Esta es una primera materialización del proyecto en la que imprimí algunos de esos archivos intervenidos sobre dos banderas de Colombia decoloradas y posteriormente plegadas a modo de cuadernillos. Las imágenes y tejidos resultantes son una mezcla de azar, composición gráfica, bordado y escritura que nacen de cuestionar el uso de este símbolo como representación de un territorio unido (y las semánticas violentas y colonialistas desde las cuales se ha impuesto).
Para la exposición "Tentativas, exposición contingente" en la Universidad Complutense (2023), dispuse el LIBRO BANDERA sobre una mesa junto a los hilos deshilachados que han ido quedando de las conversaciones. La gente podía ver, tocar y desordenar como quisiera. Los hilos deshilachados reflejan la maraña de significados que rodean los imaginarios de la nación y todo lo que se “pierde” al querer hilar o juntar todo en un símbolo patrio. Hasta ahora tengo un cúmulo de hilos que me gustaría expandir para generar una amalgama mucho más grande.